Éramos ocho amigos que hacía rato que no nos juntábamos en casa. Se imponía cocinar para ellos y opté por la fideuá de camarones. La verdad que me salió muy bien y no quedó NADA. Ellos trajeron unos Rutinis y la cena terminó, como debe ser, a eso de las 3 de la madrugada con una torta de chocolate y mousse de naranja de Sacha... La foto habla por sí sola...
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